Permite orientar los diagnósticos, así como, evaluar y llevar a cabo un seguimiento de los pacientes interesados en la cirugía refractiva (análisis de la graduación, medición del tamaño pupilar,…) tanto en el estudio preoperatorio como postoperatorio, con la finalidad de poder personalizar al máximo el tratamiento.
La aberrometría no se utiliza para detectar una patología en particular, sino que permite analizar las estructuras del ojo que pueden estar afectando a la calidad de la visión del paciente. Las irregularidades en la forma y transparencia de los tejidos, además de los defectos ópticos son elementos que intervienen en el resultado de una aberrometría y no siempre se pueden corregir con gafas o lentes de contacto.
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